Música para escritores (I)

¿Está la música directamente relacionada con el escritor? O, planteado de otra manera, ¿es la música inspiradora a la hora de crear una historia?

La respuesta es contundente: SÍ. O al menos lo es para mí (y apostaría mis documentos Word a que coincido con cantidad de escritores). De hecho, considero a la música un elemento tan importante en mi ritual de escritura que merece un hueco en este blog. Aquí, un pequeño análisis:

Para empezar, conviene diferenciar dos tipos de música para escritores:

• La que inspira durante la planificación de la historia y ayuda a la recepción de ideas. Puede ser cualquier música que evoque algún sentimiento, y será tanto instrumental como vocal (para estos casos, yo prefiero la música vocal).

Nota: No confundir la música inspiradora con la que, quizá, has decidido incluir en algún capítulo de tu obra para enriquecer el ambiente. Yo esto lo hago mucho en mis obras. Por ejemplo, puedo incluir un tema de los Beatles en una escena para indicar que al personaje le gusta el Rock&Roll británico de los 60, aunque esa canción no me haya inspirado para crear dicha escena. En ‘Reflejos en el espejo’ , mi primera novela, incluso asocié un tema conocido a cada capítulo, incluyéndolo como cita al comienzo de éstos. Formé su propia banda sonora.

• La música que inspira durante la propia escritura. Es el momento más delicado, en el que las palabras deben fluir desde tus dedos para completar un buen párrafo, escena y capítulo. En mi caso, prefiero que esta música ambiental sea siempre instrumental, y preferiblemente a un volumen moderado.

Temas que ayudan a la recopilación de ideas: inspiración durante la planificación

Como digo, cada escritor es un mundo, y nadie mejor que él mismo para conocer qué tipo de música le inspira más. En mi caso, me vale de cualquier tipo, aunque es condición necesaria que el tema en concreto tenga buena sintonía con la escena que se desea (pensaremos en la acción como si fuera la escena de una película o tráiler).

La condición más importante, sin embargo, será elegir la canción en función del tipo de escena que se quiere conseguir. Si estamos construyendo una escena de acción en el que el protagonista es un policía corrupto, no escucharemos canciones de amor. O si lo que buscamos es a un personaje haciendo un importante descubrimiento que resolverá un misterio, huiremos de la música demasiado rítmica. A continuación, algunos ejemplos de temas que me sirven (o me han servido) para perfilar alguna escena/personaje:

Para describir a un personaje carismático, seguro de sí mismo, con fuerza, o que está a punto de realizar una acción valiente, Long Black Road, de Electric Light Orquestra.

 

Si por el contrario, la escena trata sobre un personaje oscuro, lastimado o que está sufriendo, podemos optar por algo más íntimo y acústico. En este caso, The Ghost of Tom Joad, de Bruce Springsteen es muy buen ejemplo.

 

Para escenas de amor, donde puede que los protagonistas estén analizando sus sentimientos hacia el otro, por ejemplo, Mientras quede por decir una palabra, de La Oreja de Van Gogh.

 

La letra de estas canciones (si es que la tienen), puede ser de gran ayuda. Pero recordad, lo esencial es lo que nos transmiten esas canciones, pues nos empujarán a visualizar una futura escena con mayor claridad. Y lo más importante, abrirá nuestro cerebro, facilitando la recepción de nuevas y geniales ideas. En definitiva, lo que conocemos por INSPIRACIÓN.

En Música para escritores (II) comentaré la música que más me inspira durante el proceso de escritura.

¡Buenos y rítmicos días!